Frente a la crisis de camioneros, el transporte ferroviario se presenta como una alternativa

Cuando hablamos de una crisis en el sector del transporte nos viene a la mente una imagen clara: camiones parados que no pueden continuar su actividad con normalidad. A esta imagen, además, le acompaña una palabra clave: desabastecimiento.

Hace apenas un par de meses, Reino Unido vivía una gran carencia de transportistas que dejaba sin combustible múltiples gasolineras de todo el país. Esto provocó una especie de efecto dominó: no había conductores que abasteciesen las gasolineras, por lo que no había combustible para que los camiones, a su vez, abasteciesen las ciudades con alimentos y otros productos cotidianos.

Sin embargo, aunque esto se produjese en Reino Unido, en gran medida por el Brexit, no se puede perder de vista que las cifras indican que la crisis de camioneros no se limita solo al país inglés. La falta de conductores es algo que está afectando a toda Europa.

Estas carencias en el transporte por carretera están provocando el trasvase de la distribución de mercancías a otras formas de transporte. Una de ellas es el ferrocarril. Pero antes de conocer qué supone este cambio, es necesario ahondar en los motivos de la crisis de camioneros.

Recuperación económica

Puede parecer paradójico que algo tan positivo como la recuperación económica suponga un problema. Sin embargo, la reactivación y el crecimiento de la economía supone un aumento del consumo que es difícil de asumir con los usuales niveles de conductores.

Es decir, ese incremento provoca una mayor demanda de servicios de transporte para satisfacer las necesidades de los consumidores. Pero no es posible abastecer y suministrar toda la mercancía que se solicita con las plantillas habituales. Por lo tanto, la sociedad se encuentra ante una falta de conductores.

Un sector poco atractivo

El transporte por carretera, sobre todo el de larga distancia, siempre ha implicado unas duras condiciones para los trabajadores:

  • Largos jornadas laborales, en muchos casos de nueve o diez horas.
  • Extensos periodos fuera de casa.
  • La soledad que implica estar tanto tiempo aislado y en una cabina de tres metros cúbicos.
  • Imposibilidad para conciliar la vida familiar y personal con la laboral.
  • Falta de lugares de descanso vigilados, lo que conlleva malas noches en las que no se descansa por el miedo a los robos.
  • Aumento de la carga de trabajo por la obligación de cargar y descargar la mercancía.

Todo ello ha provocado que el sector del transporte se perciba como poco atractivo y que cada vez menos personas estén interesadas en él.

Precariedad

En los últimos años, las condiciones de los camioneros han empeorado en términos económicos. Antes percibían una retribución que compensaba su esfuerzo y sacrificio. Pero, actualmente, sus salarios se han visto reducidos y sus malas condiciones no han mejorado.

Si a eso se le suma la inflación y el aumento del precio de los carburantes, la profesión del camionero cada vez es menos rentable. Los márgenes de beneficios han disminuido y, en muchos casos, la actividad incluso provoca pérdidas. La situación actual es de precarización del sector.

Ausencia de relevo generacional

Ante este panorama, no hay jóvenes que quieran entrar en la industria del trasporte. Las pocas perspectivas de crecimiento y las malas condiciones laborales y salarios han provocado una falta de relevo generacional.

La edad media de los conductores es de más de 50 años. Se teme un verdadero problema cuando se jubilen y no haya una mano de obra más joven que los sustituya.

Además, otra barrera es el alto coste del permiso C de conducción, el que se requiere para ser transportista. Barajando un total que ronda los tres mil euros, son pocos los jóvenes que pueden permitirse ese desembolso de dinero.

A esto hay que sumarle la poca presencia femenina en el sector. Se calcula que solo el 2% del total de conductores de camiones son mujeres. Una cifra peligrosamente baja sobre todo si se tiene en cuenta que son excelentes conductoras desde la perspectiva de la siniestralidad.

Auge del sector ferroviario

Una vez expuestas las causas de la crisis de camioneros, es fácil comprender la tendencia hacia otras formas de transporte. El ferrocarril, que hasta hace poco era un medio que apenas acaparaba el 4% del total de la cuota de transporte, se posiciona como una alternativa para evitar el desabastecimiento.

Más aún teniendo en cuenta el aumento en los costes de los fletes que se ha venido viviendo en el último año y ha encarecido mucho el transporte marítimo y aéreo.

Por su parte, el ferroviario presenta una serie de ventajas que pueden hacer crecer su cuota si las Administraciones y empresas potencia su uso:

  • Capacidad para transportar grandes cantidades de mercancía y artículos pesados.
  • No tiene un impacto en el tráfico terrestre, por lo que también beneficia al medio ambiente.
  • Baja tasa de accidentes.

En conclusión, el ferroviario se puede ver beneficiado por la actual situación del sector del transporte por carretera y experimentar un auge. Además, permitirá evitar el desabastecimiento y satisfacer la demanda del mercado.