La última milla ha evolucionado hacia un modelo más rápido, flexible, sostenible y asume una mayor entrega de pedidos
La logística de última milla abarca el transporte de un producto y su entrega al cliente final o destinatario. Sin embargo, aunque de forma teórica esas sean las actividades que engloba, no se limita solo al reparto, sino que en ella también entra en juego el servicio al cliente, porque implica contacto directo con el receptor del pedido.
La última milla ha experimentado una gran evolución en los últimos años, sobre todo a raíz del COVID-19, ya que se han reorientado las entregas con el objetivo de satisfacer al usuario.
Post COVID-19: mayor demanda online
Tras el confinamiento de 2020 que obligó a cerrar comercios e impidió mantener las formas convencionales de compra, muchos usuarios optaron por recurrir al e-Commerce. Esto provocó que aumentase el número de compradores online incluso después de que el encierro domiciliario llegase a su fin.
La demanda creció en gran nivel, además de los cambios que se experimentaron en las preferencias de compra y que les llevaron a ofrecer diferentes opciones de entrega, no solo en el domicilio, sino también en puntos de conveniencia o recogida en tienda.
Aumentó el número de empresas dedicadas en exclusiva a la última milla y se demandó un nivel de servicio y calidad mayor. Al no existir un contacto en tienda con el usuario, lo único que tenía un impacto directo en él era esa entrega en su domicilio o punto acordado.
Así, se puso el foco en la importancia de la logística de última milla como factor determinante en la satisfacción del usuario, su fidelización y su retorno de compra. Por eso, se empezó a aplicar la tecnología en este sector, de forma que se creasen softwares y aplicaciones que permitiesen gestionar mejor esta última fase de la cadena de suministro, consiguiendo una mayor eficiencia y rapidez.
Por otro lado, destaca también una industria que se ha visto muy beneficiada por esta omnicanalidad y que ha visto en la última milla una gran oportunidad de expansión. La evolución de la distribución capilar ha llegado hasta el sector de la alimentación.
Hoy en día, casi dos años después de que comenzase esta revolución digital, se ha demostrado que los cambios en los hábitos de consumo y en las preferencias de última milla no fueron algo pasajero y se han consolidado como el modelo dominante.
Ultra rapidez y sostenibilidad logística
Si antes de la pandemia las entregas en un día eran una ventaja competitiva, ahora ya no lo son. La aceleración y la cultura de la inmediatez en la se mueve la sociedad, ha provocado que se demanden entregas ultrarrápidas.
Cada vez más, esto no supone una gran diferenciación para las empresas, porque es lo mínimo que esperan los clientes. Sin embargo, sí se presenta como un motivo para que, en caso de no contar con esa rapidez, no se garantice el retorno del consumidor ni su satisfacción.
En este sentido, un gran cambio que ha experimentado la última milla es la necesidad de optimizar todos los procesos para acelerar las entregas. Además, también se ha percibido una evolución en términos de flexibilidad: en las opciones de pago, los puntos de entrega, los horarios acordados, etc.
Se ha recurrido a tecnologías y dispositivos que gestionan toda la distribución capilar para agilizar el transporte, optimizar las rutas, gestionar las flotas y conseguir la mejor y más rápida última milla.
El gran inconveniente de esta tendencia es el coste medioambiental que implica. Querer entregas ultrarrápidas en las ciudades eleva los niveles de congestión y el tráfico urbano, con la consiguiente emisión de CO2.
Este hecho, unido a la creciente preocupación social por el planeta, está derivando en la evolución de la última milla hacia flotas sostenibles. Cada vez más empresas están adquiriendo vehículos eco que tienen un menor impacto ambiental y que permiten esa distribución de proximidad que caracteriza al last mile.
En resumen, la evolución de la logística de última milla ha derivado en una búsqueda de la mayor rapidez y flexibilidad para dar respuesta al mercado, a la vez que se asume un mayor número de entregas por el auge del e-Commerce, y se persigue la sostenibilidad.
Consultor en Tecnologías para Logística y Cadena de Suministro